lunes, 18 de abril de 2011

Huang Shan, la montaña amarilla



De vez en cuando, el departamento de mi universidad dedicado a los extranjeros, tanto estudiantes como profesores, nos sorprende con alguna que otra actividad con el fin de amenizar nuestro tiempo libre. Este pasado fin de semana, sin ir más lejos, se organizó una excursión a uno de los escenarios más impresionantes a nivel paisajístico de toda China: las montañas de Huang Shan, en la provincia de Anhui. Este fabuloso lugar, patrimonio natural de la UNESCO, ha servido de inspiración a pintores y escritores a lo largo de los siglos, y hoy día sigue siendo uno de los puntos más visitados del país, igualando a iconos nacionales como la Gran Muralla o los míticos guerreros de terracota.







Existen varias maneras de ascender la montaña. La más rápida y cómoda es mediante teleférico, que es lo que hicimos nosotros. Para los más intrépidos, hay dos rutas por las que se puede subir (y bajar) a pie. La ruta del oeste es más larga y dura (15 kilómetros de escalones de granito), pero el paisaje es más espectacular. Por su parte, la ruta del este, por donde descendimos, es casi el doble de corta que la primera, pero igualmente dura, tal y como atestiguan las agujetas que tengo en este momento. También está la posibilidad de ser llevado por dos porteadores en una silla de mano, algo que vi sensato para las personas con problemas físicos o niños pequeños, pero que me pareció bastante triste cuando el acarreado era un jovenzuelo.







Hay cantidad de lugares interesantes donde hacer un alto durante la ruta por las montañas, la mayoría con nombres tan sugerentes como el Pico de la Nube Púrpura o la Terraza Reconfortante. Una de los mayores espectáculos para la vista que se puede disfrutar desde los picos más altos es el mar de nubes que se extiende rodeando las rocas, algo tan solo visible al amanecer. Pero lo que más me llamó la atención del sitio es la variedad de rocas, cuyas caprichosas formas estimulan la imaginación del visitante.


Un móvil


Una liebre, está claro


Un percebe

La excursión estuvo bastante bien a pesar de la caminata que nos pegamos. Lo peor es que, al ser un viaje organizado, apenas tuvimos tiempo para disfrutar con calma de tan idílico escenario. Nuestro guía casi nunca nos explicaba nada interesante y se limitaba a gritarnos "go, go!", como si fuéramos ovejas. De todos modos, este es uno de los lugares al que llevaba tiempo deseando ir, y me alegro de haberlo visitado en esta época del año, el mejor momento, sin duda, para viajar por China.



"Si no subes la montaña no puedes ver el valle."

7 comentarios:

  1. Que hermosas montañas! yo estuve hace un tiempo ya, en invierno, y hacía un frio terrible! el camino que contas para subir la montaña fue cruzado por Mao en la gran marcha.
    Muy buenas fotos!

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  2. Gracias Pedro! Efectivamente, por aquí han pasado los grandes líderes políticos chinos. El que más me sorprendió es Den Xiaoping, que a sus 75 años subió y bajó la montaña a pie, sin teleférico ni nada, que maquina.

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  3. que precioso es el sitio , por cierto yo no veo la liebre XDD

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  4. Cómo que no? pero si está clarísimo! ;)

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  5. 15 km de escalones?? la virgen!!!! pues el jovenzuelo ese no lo hizo del todo mal eh?? vaya tela, jajaja por cierto se parecen un huevo a las montañas de montserrat pero imagino que tambien seran mucho mas impactantes.

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  6. Si, en parte me recordó un poco a Monserrat, lo que pasa es que aquí hay mucho más barullo, y si, la verdad es que el paisaje impresiona más.

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